Mensaje de blog conjunto de las copresidentas de la Red de Comunicaciones para el Desarrollo de la OCDE (DevCom): Nanette Braun, Directora, Servicio de Campañas de Comunicación, Departamento de Comunicaciones Globales de las Naciones Unidas, Amalia Navarro, Directora de Comunicaciones, Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), Mathilde Schneider, Directora de Comunicaciones, Agencia Francesa para el Desarrollo (AFD)

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Quienes trabajamos en el área de desarrollo sostenible lo tenemos muy claro: la colaboración y la solidaridad global son necesarias para superar los desafíos globales. Ahora más que nunca, la pandemia de COVID-19 ha subrayado esta necesidad. Todos estamos conectados y todos somos responsables de nuestro futuro común. Podemos recuperarnos de esta crisis si todos nosotros –todos los países y todos los ciudadanos– desempeñamos nuestro papel.

Aun así, somos conscientes de que no todo el mundo comulga con las ideas del desarrollo sostenible y de que algunas voces críticas están utilizando esta crisis histórica para fomentar el aislacionismo nacionalista. La pregunta es, ¿cómo dirigirse a aquellas personas que quieren ir por su cuenta y acabar con las organizaciones multilaterales? Resulta relativamente fácil convencer a las personas para que cuiden de su salud lavándose las manos, pero ¿cómo se les convence para que respeten la igualdad de género, reduzcan la huella de carbono o colaboren para lograr otros objetivos globales?
Las comunicaciones para el desarrollo son una actividad clave para la recuperación
Hoy en día, las comunicaciones se han convertido en una actividad clave para las instituciones para el desarrollo, y la pandemia de COVID-19 ha sido testigo de cómo los comunicadores asumimos el reto. Hemos afrontado tres grandes tareas:
- Ofrecer recomendaciones e información pública precisas
La desinformación y las noticias falsas pueden propagarse rápidamente, con consecuencias nefastas, sobre todo en las redes sociales. Ante la “epidemia de información”, los ciudadanos –en nuestros propios países y en países socios– necesitan saber cómo mantenerse a salvo y adoptar comportamientos que puedan ayudar a “aplanar la curva”. Necesitan saber cómo avanza la lucha contra el virus en todo el mundo: ningún país estará a salvo hasta que todos lo estén. Nuestra misión como comunicadores es aportar hechos y recomendaciones autorizadas sobre cómo mantener la enfermedad a raya.
2. Demostrar acción, apertura y empatía
En los últimos años, las instituciones públicas han sufrido un deterioro de la confianza. Frente a la incertidumbre provocada por la pandemia, los ciudadanos necesitan saber que nuestras organizaciones disponen de planes sólidos y que se están implementando, que conocemos las vicisitudes que están atravesando las personas y estamos abiertos a sus ideas. Nuestra tarea consiste en mantener a los ciudadanos informados sobre nuestra respuesta a la crisis, dar motivos para la esperanza y ofrecer un espacio a las personas para compartir sus opiniones. De hecho, la transparencia y las comunicaciones representan una parte importante de lo que algunos expertos han denominado el nuevo contrato social.
3. Responder de forma rápida a las preocupaciones de nuestros socios y amigos
A medida que las consecuencias de la pandemia de COVID-19 se hacen patentes, gran parte de nuestras audiencias sienten angustia e inseguridad. Muchas personas continúan preocupadas por su salud y, en vista de las perspectivas económicas, también temen por sus empleos. Desde nuestras instituciones, nuestra tarea consiste en ayudar a nuestros socios a adaptarse a nuevas organizaciones del trabajo y a estar informados sobre los últimos acontecimientos y decisiones. Con oficinas y proyectos en todo el mundo, nos hemos mantenido constantemente en guardia, asegurándonos de que nuestros socios, proveedores de servicios y clientes saben que pueden contar con nosotros.
Más allá de la pandemia: nuevos motivos para la cooperación internacional

Hasta fechas recientes, las cuestiones sanitarias han dominado los titulares. Muchos de nuestros mensajes se han centrado en la forma en que la cooperación internacional puede prevenir y abordar las pandemias globales. Este tipo de mensajes tienen una buena respuesta entre los ciudadanos británicos, por ejemplo.
Sin embargo, otros temas han vuelto rápidamente a llenar las portadas. Tenemos que abordar la amenaza del racismo sistémico. Tenemos que explicar la forma en que nuestras instituciones colaboran para abordar las devastadoras repercusiones sociales y económicas de la pandemia. Y tenemos que ayudar a tratar de resolver otra crisis subyacente que marcará nuestro tiempo: la crisis climática.
Durante la salida de la pandemia, nuestras organizaciones necesitan convencer a todo el mundo de que podemos y debemos emprender una recuperación mejor, apostando por la construcción de sociedades más verdes, más equitativas y sostenibles, y debemos asimismo implicar a nuestras audiencias para que sean parte de la solución.
Para los comunicadores del desarrollo, la situación actual se presenta como un momento crucial. Es la mejor oportunidad que hemos tenido nunca para demostrar a los ciudadanos que nuestra labor importa.
Según las conversaciones sostenidas en el seno de la Red de Comunicaciones para el Desarrollo de la OCDE (DevCom), estas son las tres cosas que debemos hacer si queremos implicar a los ciudadanos en el desarrollo sostenible:
- En primer lugar, necesitamos reactivar el apoyo a la cooperación internacional. En nuestro mundo interconectado, todos estamos en el mismo barco. Nuestros relatos tienen que demostrar que la cooperación para el desarrollo no solo está relacionada con el altruismo. El trabajo sobre el desarrollo sostenible es una inversión que nos beneficia a todos, y existe una gran necesidad de progreso en todos los países, independientemente de sus niveles de ingresos. A este respecto, nuestro mensaje tiene que basarse en un conocimiento profundo de nuestras diversas audiencias –incluidos los escépticos.
- En segundo lugar, necesitamos modernizar la forma en que llegamos a los ciudadanos, tanto en línea como fuera de esta. Este año muchas organizaciones tenían entre sus planes reunirse con ciudadanos jóvenes de forma presencial, por ejemplo, en festivales musicales o en plazas públicas. En las circunstancias actuales de distanciamiento físico, necesitamos utilizar nuevos formatos, herramientas y canales de comunicación digitales para atraer a los corazones y las mentes. A fin de llegar a la gran cantidad de ciudadanos jóvenes que continúan sufriendo la brecha digital, es necesario que reforcemos la colaboración con nuestros sistemas educativos.
- En tercer lugar, necesitamos aprender a escuchar mejor. Aprender a escuchar quiere decir mostrar empatía por las preocupaciones y las realidades de las personas. Esta cualidad ayuda a superar divisiones y demuestra que no existe un “nosotros” y un “ellos” en el ámbito del desarrollo. Y lo que es más: si dejamos hablar a otros, es posible que incluso puedan expresar nuestros puntos de vista mejor que nosotros mismos.
Ahora necesitamos que todos seamos activistas: únete a nosotros
La crisis del COVID-19 ha puesto de relieve las divisiones y las desigualdades existentes en nuestras sociedades. Ha hecho que muchos de nosotros renunciáramos a reunirnos con nuestros familiares y amigos. Y, sin embargo, también nos ha hecho estrechar lazos, recordándonos que el futuro que compartimos depende de la solidaridad global y la cooperación internacional. Han sido muchos los líderes globales que han señalado el camino a seguir, incluidos aquellos que firmaron la Declaración Conjunta de la Alianza para el Multilateralismo.
Con todo, las declaraciones políticas solo son parte de la solución. Para que nuestros objetivos se conviertan en una realidad, es necesario que todos nos convirtamos en militantes y activistas, y animemos a nuestras audiencias a seguir el ejemplo. Por este motivo, apoyamos la campaña #ActNow, que reta a los ciudadanos de todo el mundo a comprometerse con el desarrollo sostenible.
Ahora es tu turno. ¡Únete a nosotros para que juntos podamos recuperarnos mejor!