Inspectores Fiscales sin Fronteras: ayudar a los países en desarrollo a recuperarse de la crisis del COVID-19

Pascal Saint-Amans, director del Centro de Política y Administración Tributarias de la OCDE


Este blog es parte de una serie sobre cómo afrontar el COVID-19 en los países en vías de desarrollo. Visite la página de la OCDE dedicada al COVID-19 para acceder a los datos, análisis y recomendaciones de la OCDE sobre los impactos sanitarios, económicos, financieros y sociales del COVID-19 en todo el mundo

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Tras la crisis financiera de 2008, los gobiernos se unieron para lograr la transparencia fiscal y enfrentarse a la erosión de la base imponible y el traslado de beneficios. Aquella crisis también inspiró el nacimiento de Inspectores Fiscales sin Fronteras (IFSF), que se tornó en una iniciativa conjunta de la OCDE y el PNUD en la conferencia sobre la Financiación para el Desarrollo, celebrada en Addis Abeba. La iniciativa IFSF ayuda a los países en desarrollo a recaudar los impuestos que les corresponde pagar a las empresas multinacionales, gracias a la convergencia de países que se prestan asistencia mutua para desarrollar su capacidad de auditoría tributaria.

En la actualidad, estamos enfrentando una crisis sanitaria y económica mundial aún mayor, que tendrá importantísimas consecuencias sobre la vida y los medios de subsistencia. El fuerte descenso del comercio mundial e interno está provocando una caída equivalente en los ingresos fiscales, que golpea con dureza a los países más pobres, dada su dependencia del impuesto sobre sociedades. Los países que dependen fuertemente del turismo, la industria hotelera y las remesas procedentes del extranjero sufrirán la peor parte.

Los gobiernos de todo el mundo están utilizando los regímenes tributarios para aliviar la presión sobre los hogares y las empresas, pues consideran, y con razón, que las pequeñas y medianas empresas están pasando por más dificultades, mientras que algunas multinacionales, sobre todo aquellas que, por ejemplo, están muy digitalizadas, tendrán una mayor capacidad para salir adelante Pero a medida que el espacio fiscal se estrecha, una tendencia dominante es que la tolerancia a la elusión y la evasión fiscal internacional está tocando fondo, pues los países en desarrollo necesitan desesperadamente ingresos fiscales.

La iniciativa Inspectores Fiscales sin Fronteras es más relevante que nunca ya que ha demostrado que puede ofrecer logros inmediatos en términos de ingresos. En la actualidad, los ingresos tributarios que adicionalmente han recaudado los países en desarrollo, gracias a los programas desarrollados por IFSF, ascienden a 537 millones de dólares estadounidenses y las liquidaciones impositivas en su conjunto superan los 1840 millones de dólares estadounidenses. Para más información, puede consultarse el Informe anual de IFSF de 2020,presentado en un evento ministerial celebrado en el marco del 75.º período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 28 de septiembre.

Para los donantes de ayuda, de quienes depende Inspectores Fiscales sin Fronteras, y que se enfrentan a sus propias presiones financieras, los programas desarrollados en el marco de esta iniciativa resultan rentables. Los países anfitriones han recaudado una media de 70 dólares estadounidenses adicionales[1] por cada dólar invertido en sufragar los gastos de funcionamiento de IFSF.

Pese a las actuales limitaciones de viajes, Inspectores Fiscales sin Fronteras mantiene sus puertas abiertas. Sus socios son flexibles y la mayoría de las actividades se han llevado a cabo a distancia, aplicando procedimientos para proteger la confidencialidad del contribuyente. Además, la iniciativa no solo mantiene sus puertas abiertas, sino que también está creciendo. Nuestro último informe refleja que es posible extender el modelo de IFSF al ámbito de las investigaciones de delitos fiscales, lo que ayudará en la lucha mundial contra los flujos financieros ilícitos. Asimismo, se prevén nuevos programas relacionados con el uso efectivo de la información obtenida a través del mecanismo del intercambio automático, la negociación y aplicación de convenios tributarios y las cuestiones fiscales que plantean los recursos naturales y el medio ambiente.

Al mirar hacia el futuro en tiempos de incertidumbre, debemos dar la bienvenida al esfuerzo mundial que se está realizando para aliviar la deuda y prestar ayuda a los países más pobres. Sin embargo, no debemos olvidar que los impuestos son una fuente sostenible de financiación para el desarrollo, por lo que debemos ayudar a implementar los regímenes tributarios en todo el mundo.


[1] Según cálculos de la Secretaría de IFSF.